Los pilotos se dividen en dos categorías: los que han ganado al menos un Campeonato del Mundo, independientemente de la categoría, y los que nunca han ganado". Carlos Checa, un piloto español que entró legítimamente en la gloriosa historia de la Ducati al ganar un campeonato mundial de Superbikes en un vehículo de dos ruedas del fabricante de Borgo Panigale, forma parte del primer grupo. Repasemos la carrera del campeón catalán, que llegó al éxito después de años de tragos amargos pero también de crecimiento constante.
Los inicios
Nacido en 1972 en la comunidad catalana de Sant Fruitos de Bages, Checa comenzó su carrera en el automovilismo a los veinte años, participando en el Campeonato de Europa de 125cc. Conduciendo una Honda, anotó 45 puntos y terminó en octavo lugar. Al año siguiente dio un paso adelante, debutando en el campeonato del mundo de 125cc y siempre con una Honda. Participó como wild card en el Gran Premio de Europa, obteniendo 9 puntos de su séptimo puesto. 1993 fue un año formativo para Checa que, además de competir en una carrera de 125cc, también corrió en la final del Campeonato del Mundo de 250cc con el equipo Honda Pit-Lane, participando en los últimos 6 grandes premios y sumando 9 puntos.
1994 coincidió con el primer Campeonato del Mundo de 250 en el que participó desde el principio. El matrimonio con Honda continuó y, jugando en el equipo Givi Racing, terminó el campeonato del mundo en el duodécimo lugar. Su mejor resultado fue en Estados Unidos, terminando séptimo. 1995 también fue un año formativo: comenzó en 250 con el equipo Fortuna Honda Pons y luego pasó a 500 a partir del Gran Premio de Gran Bretaña en lugar del lesionado Alberto Puig. Los resultados en la nueva clase fueron buenos: en 5 carreras sumó un octavo y dos séptimos puestos, preludio del ascenso definitivo entre los grandes.
La aventura en 500: más penas que alegrías
Confirmado en el equipo Fortuna Honda Pons en 1996, Checa comenzó la temporada con una nota alta con un tercer lugar en Malasia. Después, sin embargo, no pudo mantener la misma regularidad, redimiéndose solo en la final con la victoria en Cataluña y el tercer lugar en Australia. El año siguiente terminó con la misma ubicación final (octavo) y tres segundos lugares.
1998 representa el punto más alto y al mismo tiempo el más dramático de su experiencia en las 500. Conquista el cuarto puesto final -el mejor resultado de su carrera en la categoría- pero se ve obligado a perderse varias carreras debido a una grave lesión que le provoca la pérdida del bazo y complicaciones postoperatorias. En 1999 se trasladó a Yamaha, con la que permaneció hasta 2004, navegando entre el quinto y el séptimo puesto y consiguiendo varios podios pero ninguna victoria. Los últimos años, entre 500 y MotoGP, lo vieron cambiar de equipo a menudo, entre Ducati, Yamaha y Honda, sin encontrar nunca la forma de los mejores tiempos.
El paso a Superbike: el triunfo de 2011
En 2008 Checa decidió cambiar de rumbo y aterrizó en el Campeonato del Mundo de Superbikes con una Honda, terminando en cuarto lugar. Después de otro año en el mismo equipo, en 2010 se trasladó al equipo Althea Racing con una Ducati 1098R. Fue el comienzo del punto de inflexión: triunfó en Australia y en las dos carreras italianas, terminando tercero detrás de Biaggi y Haslam.
2011 es el año del triunfo absoluto. Con su Ducati, Checa dominó la temporada al ganar 15 de las 26 carreras del calendario y sumar 505 puntos, 110 más que el segundo clasificado, Marco Melandri. Al año siguiente comenzó bien, pero dio paso a Biaggi, quien se convirtió en campeón nuevamente. El último Mundial para Checa fue en 2013, de nuevo con Ducati, equipo con el que alimentó la leyenda gracias a un título que quedará en la historia.
